Trece años atrás, en el primer número de «Sentidos
Abiertos» (una revista sociocultural que edité con tres amigos, a la que
atesoro como uno de los recuerdos más preciados de mi vida profesional),
escribí una columna que titulé: “Vieja, quiero ser artista”, dentro de la
sección Aguafuertes bellavistenses (un
pequeño homenaje a Roberto Arlt). Allí contaba la historia de un chico que
tenía todo para ser artista plástico y que, por consejos y presiones de sus
padres y su entorno, termina siendo abogado. Y decía: “Probablemente, aún
cuando respondan al llamado de su sangre, algunos de estos jóvenes no lleguen a
ser grandes artistas, pero si se les cortan las alas antes de querer despegar,
nunca se sabrá si nacieron para volar”.
Hoy soy yo el que quiere volar.
Soy periodista y saco fotos profesionalmente desde hace
18 años. Pero recién hace poco tiempo comenzaron a gustarme en serio algunas de
las fotos que hago, y, sobre todo a partir del viaje que hice el año pasado por
todo el país (fruto del cual salió el libro «Argentina, de punta a punta»),
empecé a ver que también le gustaban a otros. Me di cuenta que muchas personas
se emocionaban al ver algunas de mis fotos. Y entonces se me vino a la cabeza
una de las definiciones que más me gustan del arte, que alguna vez me dio un
entrevistado: “Arte es lo que te conmueve”.
Allí voy entonces, a conmover.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarConmover con imagenes o palabras, un hermoso don que la vida nos da, pero saber compartirlo con otros es lo que mas nos nutre.
ResponderEliminarSaludos y seguire andando por aca.
Completamente, compartir es la clave. Yo estoy convencido que cualquier obra de arte no está completa hasta que recibe la mirada de otro, hasta que se independiza de su autor, toma vida propia y se somete a los sentidos y el pensamiento de un tercero. Un abrazo y gracias por estar ahí.
Eliminar